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EL DRAMA DE SER MAMA DE POLICIAS...

Publicado: 2010-08-25

Si yo creía que el rol de mi mamá era complicado por ser la madre de una periodista, de una reportera todo terreno como ella me llama, pues dice vivir algunos momentos angustiada con el corazón en la mano, sin dormir, cuando trabajo de madrugada, sin pestañear cuando estoy por llegar tarde, con el stréss de saber si estaré bien en un viaje, en una comisión, en una balacera o atentado o cualquier tipo de cobertura, creo que peor aún es ser mamá de un policía. En mi caso, aunque reniegue un poco, mi mamá sabe que amo mi profesión y lo acepta, porque cuando ve el resultado de mi trabajo, es la mas orgullosa y lo ha sido siempre desde que empecé en el diario la República hace 9 años. Uffff.

Creo que eso mismo pasa con las mamás de mis colegas, sin embargo cuando se trata de un policía, mal pagado, expuesto al peligro y a la muerte todo el tiempo, la situación se agrava para esas mamás coraje que deben sufrir la indiferencia y el dolor de una profesión expuesta a todo. Lo digo por el caso de la señora Jesusa Peralta, un señora de mas de 60 años, un drama a lo corín tellado, que supera la ficción y que nos muestra una terrible realidad: el olvido, la ingratitud del Estado para quienes murieron al servicio del país, así de simple. Esta mujer tiene el corazón partido, resquebrajado, porque en menos de 3 años, perdió a dos de sus 4 hijos, a los 2 que paradójicamente escogieron ser policías.

Cesar Ramos, el menor con tan solo 24 años, falleció en una emboscada terrorista en Huancavelica el 13 de noviembre del 2007. El era soltero y escogió ser policía porque admiraba a su hermana Jorge, quien ya vestía el uniforme. Su muerte nunca fue superada por esta familia, mas aún cuando el calvario de ella empezó aquel fatídico día, al no poder cobrar la pensión ni recibir los beneficios que le dejó su hijo caído en armas, por ser viuda de un ex pensionista. Doña Jesusa un año antes había perdido a su esposo, un sastre del antiguo hotel Crillón, quien le dejo una pensión de 200 soles, pensión que impidió que recibiera los 1200 soles que le correspondía como heredera de su hijo, por ser soltero. Entonces ella renunció a la pensión de la ONP para poder cobrar lo de su hijo, pero nada. El trámite está entrampado en el ministerio del interior, la señora ya lleva mas de 2 años sin cobrar un solo centavo del sueldo de su hijo. Apenas si cobró parte del seguro de vida, porque la otra mitad deberá cobrarla, cuando sentencie a su favor el Poder Judicial, y como ya sabemos es tan lento e inepto, doña Jesusa deberá esperar aún mas.

Lo triste de esta historia es que Jorge, su otro hijo policía de 36 años, miembro de la división de carreteras, la acompañó todo este tiempo en esa lucha aun a costa de llamadas de atención en su trabajo. Fue quien en sus días de franco, peleó junto con ella en su propia institución velando por los derechos de su madre. El se sentía responsable de la muerte de su hermano, porque escogió la carrera en admiración a él. Insistía en el tema, contrató abogada para ello, hasta que el fin de semana el destino hizo que perdiera la vida al volcarse el patrullero que manejaba en Matucana. Jorge Ramos murió instantáneamente cuando se desbarrancó su vehículo cuando perseguían delincuentes. Deja esposa y dos hijos en edad escolar.

Como si fuera poco, esta humilde madre ha tenido que desembolsar 3600 nuevos soles en el camposanto de la policía, para poder enterrar a su hijo Jorge cerca de la última morada de su hermano Cesar, porque si bien a los policías les descuentan mes a mes para esto, le ofrecieron a la señora Jesusa un nicho. Ella quería que ambos hijos pudieran estar cerca, recibieran los mismos honores, por eso toda la familia tuvo que hacer literalmente una "chancha" en medio del dolor de la pérdida para lograr este objetivo.

El general Debenedetti, jefe de la división de carreteras quien llegó al entierro, se comprometió a intermediar ante el comando de la policía, para que la señora Jesusa reciba la pensión de su hijo. Ojala y eso se cumpla, porque se trata de una mujer que le dio al Estado, dos valerosos policías, que perdieron la vida al servicio del país. Es triste, que mientras las madres de los policías sufren, deben hacer colas y largos trámites para cobrar un dinerito, al otro lado, los familiares de los terroristas, reciban miles de dólares del Estado con mayor rapidez.

Es increíble que la madre o esposa de un policía deba hacer juicio para cobrar la otra mitad del seguro de vida. Es increíble que Jorge, el segundo hijo policía no encontrara ayuda para su madre en distintas ONGs. Como se trataba de un policía, de un sueldo de policía, nunca lo recibieron ni le aceptaron su caso. En cambio, los defensores de los DDHH si ayudan a los deudos de los terroristas, a los deudos de las víctimas del terrorismo. Es una pena que haya este tipo de discriminación, mas aún cuando las leyes parecen proteger a quien delinque y no a quien cumple su trabajo y ejerce autoridad para dar seguridad.


Escrito por

crisanris

Periodista, comunicadora digital, tuitera, bloguera y mamá. Trabajé en TV 12 años pero no perdí mi independencia ni la sinceridad


Publicado en

TINTA ROJA

el detrás de cámara de una reportera