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EL HEROE ANONIMO DE GAMARRA

Publicado: 2010-12-06

Es un héroe y quizás por eso prefiere el anonimato, aunque a él se le deba también además de la policía, la vida de los 33 rehenes en el asalto y secuestro del Banco Continental en Gamarra. Y es que, este hombre de carne y hueso, padre de familia, hermano, hijo, amigo, sobrino, con miedos y nervios como cualquiera, se sobrepuso a todo, a sus propios temores, y fue pieza clave en este suceso, porque él impidió que mujeres, hombres y niños fallecieran dentro del banco.

Este héroe anónimo que motiva este post, fue nada menos que uno de los 33 rehenes, pero no un rehén mas; porque su astucia, inteligencia y tacto evitó una tragedia, porque desde que Ruiz Ninasqui ingresó al banco y tomó rehenes, él controló el voluble y alterado carácter de este secuestrador, pues logró ganarse su confianza. Y es que éste fue un asalto y secuestro atípico, obviamente porque quien lo ejecutó no era un delincuente común ni avezado, sino un hombre que hasta días antes parecía llevar una vida normal, un chico provinciano e hijo muy hogareño y apegado a sus padres, que terminó envolviéndose en sus nubes de locura y cometiendo un acto terrible.

Lo cierto es que por testimonios de los propios rehenes, desde que Ninasqui ingresó al banco, pese a portar un arma y amenazarlos con una bomba, se mostró sumamente nervioso, por ratos incluso hasta se enredaba al hablar, tartamudeaba. Tenía arranques de supuesta lucidez, donde se mostraba mas agresivo y parecía autoconvencerse de lo que estaba haciendo en el banco, daba órdenes y gritaba, rodaba el papel del secuestrador con total cálculo y cada movimiento planificado, pero luego pasaban los minutos y divariaba, mostrándose sumamente nervioso, inestable, como quien no sabe que está haciendo, como quien se desubica en hora, lugar y hecho. Por eso por ratos amenazaba con matar a todos, y al otro les preguntaba como quien habla a sus amigos, qué quieren comer? insistiendo cual niño, en que él quería pollo.

Cuentan, que apenas ingresó a robar supuestamente el banco, pidió ver el dinero de las cajas, sin embargo pese a que constató que había una fuerte suma, nunca se llevó nada. Solo le pidió a los cajeros que pasaran algodón con alcohol sobre todos los lugares en el que él creía haber dejado alguna huella, así de meticuloso parecía ser. Sin embargo, lo extraño es que pese a que pidió abrir la bóveda luego de consultar cuánto dinero había, no robó el dinero. Extraño porque el monto que le dijeron (no se si cierto o inventado) fue de 2 millones de soles, sí, el mismo monto que luego le pidió a la policía. Pero se arrepintió de abrir la bóveda y asaltarla, porque este trabajador del banco logró convencerlo de que no podía hacerlo una sola persona, sino en grupo, por ello desistió.

Este trabajador lo apaciguaba cuando perdía la calma, cada vez que le gritaba a un rehén y amenazaba con matarlo, él se ponía delante y le decía "agárratela conmigo, yo te sirvo más, trabajo en el banco, yo te puedo ayudar", por eso incluso Ninasqui le dijo que por conocer el banco y Gamarra, el iría con él en el helicóptero. El secuestrador quien según esta narración también era algo ingenuo y confiado, le creyó a este hombre que él podía volar el helicóptero.

Pero este hombre anónimo con fotocheck del banco Continental, se convirtió también en el apoyo de los rehenes, él los calmaba, los defendía, les pedía que se tranquilizaran, abogaba por ellos ante el temido secuestrador. Y es que los nervios eran tantos, que todos tuvieron que miccionar en sus pantalones, algunos incluso defecar. Ir al baño o siquiera preguntar, podría significar la muerte. Cualquier movimiento en falso, cualquier inestabilidad de Ruiz y ocurriría lo peor.

Todos los rehenes coinciden en que Ninasqui lo que quería era protagonismo por su forma de hablar, de mostrarse frente a las ventanas, incluso confiado en que la policía le daría lo que pedía, se preparaba para su salida triunfal probándose varios sacos de trabajadores y rehenes del banco, hasta que uno entalló en él.

Pero hay más, el secuestrador al que todos temían parecía por ratos exponerse a cualquier ataque. En un momento, un trabajador tenía un candado grande en la mano y quiso golpear a Ninasqui por detrás en la cabeza mientras estaba distraído para escapar, sin embargo como llevaba consigo el detonador, temió que cayera y al mismo tiempo hiciera explotar el banco y con ello matarlos a todos. El temor radica en que cuando ingresó al local, él les dijo que lo que llevaba consigo era una bomba atómica, algo imposible en realidad.

Lo curioso de Ninasqui es que no solo ingresó al banco sin portar celular para negociar, sino que además de utilizar los teléfonos de los rehenes para dialogar con la policía, en el caso de este trabajador se permitió contestar sus llamadas. Fue así que a su hermano, primo, padre y hasta familiares de Estados Unidos que lo llamaron al celular, les dijo que hablaba un compañero del banco y que él no podía contestar porque se encontraba ocupado descifrando la clave de la bóveda, porque eran varias.

Lo cierto, es que el protagonismo de este rehén héroe fue cuando angustiado Ninasqui le disparó en la pierna a un empresario que estaba cautivo. No lo mató, pero se jactaba de que podría morir en cualquier momento desangrado. Ese disparo ocurrió en la primera hora de secuestro, sin embargo en las 6 restantes pese a sus amenazas nunca más volvió a disparar porque el trabajador del banco lo persuadía de no hacerlo, le decía que ya estaban avanzando las negociaciones, le quitaba el celular y aceleraba a la policía, lo ayudaba o por lo menos eso le hacía creer. Le cambiaba de tema, lo distraía, lo persuadía psicológicamente para que desistiera de matar.

La tranquilidad y el dominio de este hombre, quizás se deba a que no sería la primera vez en que asaltaban esa agencia bancaria, en menos de 2 años nos cuentan era la tercera vez, aunque en las 2 primeras ocasiones el monto robado solo fue de las cajas y nunca se hizo público, datos extraoficiales que deben ser confirmados por las águilas negras que custodian los bancos.

Pero hay otro detalle más, entre los rehenes se encontraba uno de los empresarios más poderosos de Gamarra, por eso fue el primero en quebrarse, en estallar en llanto al ser tomado el banco, pues creía que lo buscaban a él, le quitarían su dinero y lo asesinarían. Temor válido teniendo en cuenta que ya han sido 2, los empresarios del emporio comercial de Gamarra que han sido secuestrados en los últimos años. Por eso este trabajador quien lo conocía y era el único que conocía su identidad y movimiento financiero, lo controló y tranquilizó para que no se delatara.

Y como los héroes suelen guardar su identidad en reserva, en este caso ocurre lo mismo para salvaguardar su integridad, aunque su historia merezca contarse.

SECUESTRADOR

Lo cierto es que hay mil preguntas sin resolver en este extraño secuestro, pues se sabe que este chico de Yauyos, Ninasqui apenas tenía 4 días en Lima cuando perpetró este hecho y que incluso el día previo a su viaje a la capital jugó fulbito con sus hermanos y bebió unas cervezas. Entonces, como pudo planificar su ingreso y su huída sino conocía las calles de Lima? no las conocía porque le preguntaba al trabajador del banco las rutas y los nombres de las calles, y le pidió que lo acompañara en su fuga en moto y helicóptero. Otro detalle es que el secuestrador dijo a los rehenes en una de sus amenazas " que a él le habían pagado hasta para morir ". Su hermano también asegura que lo utilizaron, entonces quién o quienes lo contrataron y qué le ofrecieron, además de una enfermiza y negativa fama?

Según su madre la premura de dinero la sintió al ver a su padre convaleciente, postrado en una cama parapléjico, lo cual lo hizo entrar en shock, aunque ella responsabiliza mas a su paso por el ejército de la enfermedad mental de su hijo, porque su vida y sus sueños cambiaron y se frustaron cuando el día en que se preparaba para postular a la UNI fue levado en plena calle e internado en el ejército para hacer servicio militar un año 8 meses, hasta que desertó antes de los 2 años, por qué? nunca se lo dijo a su madre, el ejército tampoco lo ha relatado, sin embargo esta dolida mujer cuenta que su hijo de estudioso, ordenado y tranquilo pasó a ser rebelde, aburrido, ansioso, voluble, inseguro.

Su madre cree que no fue necesario asesinarlo, mucha gente cree lo mismo, pero la policía asegura que solo un disparo en la cabeza podía evitar que al herirlo detonara la bomba, es decir era él o los 33 rehenes. Sobre si fue una cortina de humo, como muchos creen, no me consta y no tengo indicios de ello, aunque los políticos y sus escándalos hayan salido ganando momentáneamente. Lo cierto es que esta historia aun no termina de escribirse. Falta investigar mas, que la policía de con sus cómplices, porque creo que sí existen.


Escrito por

crisanris

Periodista, comunicadora digital, tuitera, bloguera y mamá. Trabajé en TV 12 años pero no perdí mi independencia ni la sinceridad


Publicado en

TINTA ROJA

el detrás de cámara de una reportera