SER CONGRESISTA ESTA DE MODA
Ser congresista está de moda, pues tal parece que el verano además del calor y los zancudos del dengue, han traido consigo el bichito de querer ser legislador, pues solo así se explica como ahora "todos" quieren postular a este "honorable" cargo; como ahora "muchos" sueñan con ser padres o madres de la Patria, luchar supuestamente por la justicia, presentar proyectos de ley, aunque ni siquiera sepan a ciencia cierta como se hace eso.
Es gracioso, como ahora los deportistas en vez de postular a un trabajo en la federación deportiva y sacar adelante el voley, fútbol o alguna otra disciplina, prefieren tentar una curul. Lo mismo ocurre con los cantantes, quienes en vez de concentrarse en una mejor administración del ya cuestionado APDAYC, también postulan al Congreso deseosos de ser un legislador, y es que ser congresista parece ser la mejor chambita en el Perú, porque tiene varios beneficios.
Todos hablan de la vocación de servicio, pero creen acaso que si el trabajo de congresista fuera ad honorem, sin pago, tan solo cobrando movilidad, habrían tantos candidatos? Creen que tantos artistas, voleybolistas, periodistas, bailarinas y mas postularían a este puesto? Realmente creo que no, porque por ahora constituye el mejor trabajo y sin ningún gran requisito.
Para ser congresista, no se necesita tener estudios superiores, ni siquiera se exige realmente saber hablar o escribir bien, porque lo importante es tener llegada con la gente, representar a ese porcentaje de población que no tiene acceso a la educación, a la que le falta oportunidades. El problema es que quienes representan a esas personas, lamentablemente ya teniendo un buen sueldo, no se han perfeccionado o estudiado, no han hecho mas por la educación como prometieron, porque obviamente si uno no mejora teniendo los recursos económicos, cómo puede pensar en mejorar la calidad de otros?
Pero fuera de ese aspecto, el ser congresista es la chamba apetecible por todos, porque te garantiza un buen sueldo cada mes, gratificaciones, bonos de escolaridad así no tengas hijos, gastos de instalación así vivas en Lima y no en provincias, porque hecha la ley hecha la trampa, y los legisladores, muchos de ellos, no todos, son expertos en sacarle la vuelta a la ley, en sacarle provecho a esos beneficios, pese a que éticamente no les corresponda.
Es el trabajo perfecto porque no tienen horarios fijos, no tienen que marcar tarjeta, no sufren descuentos por sus tardanzas o faltas, porque siempre las justifican y no hay quien supervice la veracidad de lo que ellos aducen. Es mas, si tuviste una mala noche, puedes dormir durante una sesión o el pleno y no pasa nada. Puedes incluso faltar argumentando trabajos de representación en provincia. También se han visto casos en los que le pides al compañero de al lado que apriete el botoncito de asistencia por ti. Pero como ahora los obligan a poner su huella, marcan, salen a comprar y luego regresan para votar, ya no tienen que escuchar toda la exposición en el pleno.
Es bueno para muchos, porque puedes tener todos tus gastos pagados, te dan blackberry gratis, auto, seguridad, teléfonos fijos, incluso puedes comer muchos pollos, los que quieras y el Congreso los paga inventándote alguna factura. Puedes viajar por el mundo para eventos invitado como congresista, y quedarte algunos días de mas, con todos los gastos pagados. Puedes tener asesores que hagan el trabajo por ti, que redacten tus cartas, que elaboren tus proyectos e incluso te puedan lavar los pies, en sus horas libres. También puedes contratar personal, que pasee tus perros, te compre el desayuno y te cuide y limpie la casa, traslade a tu pareja en el auto del Congreso, todo con plata del Estado, siempre y cuando un astuto periodista no te ampaye con un minucioso trabajo de investigación.
Es el trabajo mas tentador, porque hay quienes entran al Parlamento para favorecer a sus empresas o la de sus amigos, con los lobbys, en eso muchos son expertos. Además hay quienes con ciertas estrategias y favores, pueden contratar a los amigos o familiares como sus empleados, siempre y cuando no tengas los mismo apellidos, y aún así no tengan los estudios mínimos requeridos para el cargo. Incluso las secretarias escogidas, pueden ser las amigas cariñosas de algún afanoso parlamentario.
Para quienes tienen algún tema pendiente o por salir a la luz en el poder judicial, el Congreso sirve para taparlo momentáneamente, pues la inmunidad parlamentaria permite que no sea investigado o denunciado, solo en caso grave puede ser retirado, y como otorongo no come otorongo, siempre se protegen entre ellos. Son pocos los congresistas que han sido desaforados y lo han sido cuando las evidencias ya han sido tan grandes, que no les ha quedado mas remedio que hacerlo, porque sino serían cómplices de ese delito, mal vistos ante la ciudadanía, lo que les costaría ahora no ser reelegidos.
Es gracioso, alguna vez cuando estuve en el colegio, dije que quería ser congresista, pensando en que iba a ser algo como la heroína de la sociedad, pero ahora que soy adulta, he comprobado que no hay nada de eso, que lamentablemente este trabajo está tan manchado y desprestigiado, que ese título de honorario no tiene nada, debido a que hay malos elementos que han dañado la imagen.
Ojo! no podemos generalizar es cierto, pero son muy pocos los parlamentarios que podemos destacar por su trabajo, realmente muy pocos. Casi siempre los conocidos, los famosos, amparados en su inmunidad parlamentaria, son los que en medio de cada sesión, interrumpen y hablan cualquier tontería, se enfrascan en una pelea de adjetivos sin sentido y todo por figurar.
Existen congresistas que se transforman cuando ven una cámara, que les gusta la peliculina, por eso cuando ven que un canal transmite en vivo, entran a la sala, a la comisión, así no formen parte de ella, y arman tremenda bronca, lanzan adjetivos y demás frases, para tener la atención de los periodistas. Realmente es cuando quienes cubrimos el Congreso, sentimos que estamos en medio de una función de circo. En el Congreso he escuchado de todo, golpes bajos cual callejón pero con trajes finos, que si tienes las manos manchadas de sangre, que si tu esposo vendía gas, que si la esposa es chilena, que si tu amante trabajó contigo, que si mataste a alguien antes de tiempo, que si engordaste con plata ajena, etc y mas etcs.
Por eso creo que lo mejor sería que el cargo de congresista sea ad honorem, para que quienes realmente tienen la vocación de servir y no servirse, postulen. Claro, que finalmente somos nosotros los que elegimos, los que nos equivocamos y luego renegamos por haberles dado una curul, por eso ahora votemos bien, ya no mas de lo mismo.
Y si bien, como conté antes, alguna vez pensé en ser congresista, hoy lo veo imposible por una cuestión de ética personal, pese a que muchos, incluso yo misma haya bromeado en twitter al respecto con esta foto que publico a continuación.
Pero lo cierto es que no lo haría, no sería congresista, porque si bien me considero algo popular, buena profesional, sé cantar, tengo amigos y seguidores en las redes sociales y soy algo carismática, tengo un defecto grave para entrar en política: no sé mentir, mis principios y valores inculcados desde niña no me lo permitirían, por eso prefiero que esa vaga idea quede en el baúl de los recuerdos.
Prefiero seguir siendo una periodista lo mas objetiva posible, una bloguera independiente, una tuitera que cada que puede alza su voz de protesta, una ciudadana y mujer común y corriente, pero sobre todo una madre de la que su hija se pueda sentir orgullosa...